Como recordaréis, el encuentro del día 13 de agosto empezó con una misa. En un principio contamos con un descendiente de Roscales, Luis Ángel, uno de los llamados curas de Baños, para un acto religioso conjuntamente con Alberto Bores, pastor evangélico. Esto no fue posible debido a las obligaciones imprevistas que el sacerdote tuvo que atender en su parroquia. Finalmente pudimos contar con la participación de Don Pedro, párroco de Roscales, y el acto religioso se desarrolló en dos partes diferenciadas. Alberto Bores ha querido compartir con todos nosotros unas breves elucubraciones en torno al origen del nombre del pueblo, a la relación que su familia pudo haber tenido con él y a otros asuntos sin importancia. Pero sobre todo, ha querido dejarnos el texto íntegro de su meditación de aquel día memorable para que cada cual la use como mejor tenga a bien hacerlo. Gracias Alberto por tu colaboración!! ROSCALES: MI PUEBLO No existe ningún otro pueblo en el mundo que se llam
Para mí el 13 de agosto fue un día de fiesta, pero la fiesta mayor del pueblo y ya decía mi abuela Manuela (la de la peña): “Vale más una fiesta que diez domingos”. Esta fiesta grandísima en la que nos juntamos más de 500 roscaleños en la diáspora no tengo claro a cuantos domingos equivaldría para mi abuela Manuela. Lo que tengo muy claro es que ella hubiera disfrutado muchísimo porque siempre le gusto recorrer el pueblo buscando alguien con quien charlar y yo con ella…la casa de Estefanía para rezar el rosario, la de Nena y Laurentino para jugar a las cartas,la de Lucina y Fabián para ver la tele, la de Felisa para ver su jardín…y no sigo para no extenderme demasiado. Ella fue la que me contaba cada noche de invierno sin tele historias de sus padres y hermanos y con ella empecé a hacer el álbum genealógico que ahora he terminado con la ayuda de Florentino hijo de Benicio y de otros muchos primos cercanos y lejanos (Noelia, Eva, Marisol, Isabel, Yolanda, Gonzalo, Belén…
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